miércoles, 3 de abril de 2013

Boro, mi Boro.

Cada día que pasa siento que toda esa unión que vamos fortaleciendo con mi perrito es algo sumamente importante en mi vida y creo que quien no haya contemplado jamás la idea de acercarse a un compañero de vida animal está desperdiciando las bondades que este tipo de vida compartida y asociada con ellos depara para quien decide llevarla a cabo.
Boro, el que ustedes ven a diario en mis entradas de blog, es un sol que tengo en la vida y esto se da así desde el momento en el que yo accedí a permitirme dejar fluir esta relación que se establece entre Él y yo.
No sucedía lo mismo antes, cuando yo seguía con la postura innata de los seres humanos de creerse "superiores" a los seres que no sean de su misma especie, y fue sólo cuando me relajé y dejé ser verdaderamente, cuando las cosas cambiaron su curso y tomaron otro camino entre nosotros dos.
Ahí, en la igualdad de condiciones dentro del vínculo diario, en ese lugar donde no tiene que haber una diferencia de jerarquías impuesta, fue donde descubrí y me maravillé de haberme encontrado dentro de la insuperable experiencia de saberme acompañado, esperado, amado y cuidado en todo momento por mi animal, por mi Boro. (Aclaro que si bien digo que no debe haber una diferencia de jerarquías entre un perro y su compañero humano, hablo desde la suerte de privilegios y derechos que le correspondan a cada uno en el vínculo privado y familiar, no descartando la "jerarquía necesaria" de ser el humano quien alimenta, cuida y se hace cargo del animal y sólo por este motivo el animal en cuestión debe responder a la educación dispensada por éste; pero salvando este motivo no hay otra superioridad 'de vida' entre unos u otros, ya que ambos requieren de comidas, baños, sociabilización, movimiento y fundamentalmente, amor diario.)
Por todo esto amigos, mi Boro y yo vivimos nuestro día a día de una manera hermosa e igualitaria en la que nada, salvo lo comentado en el párrafo anterior, hace que exista una superioridad de uno por encima del otro.
"Boro, mi Boro" digo yo. Y Él podría decir "Facu, mi Facu". Esto refleja el vínculo igualitario entre Él y yo.

No hay comentarios: