martes, 29 de enero de 2013

Una intimidad. Nuestras rutinas.

Voy a contarles como me manejo con Boro y algunos aspectos de nuestra vida cotidiana.
Boro come dos veces al día. Es cierto que algunos perros adultos comen sólo una, pero yo preferí disgregar su ingesta diaria en 2 porciones de menor cantidad a darle sólo una sola vez en el día.
Luego de que comer, lavo su plato (recipiente de alimento balanceado) ya que cuando termino de comer yo, por ejemplo, también lavo mi plato y nunca se me ocurriría comer en uno ya usado (sucio), y entonces ¿por qué mi Boro debería comer en un plato sucio si yo no lo hago? ¿Por ser perro? Yo creo que no hay ninguna diferencia entre derechos y merecimientos entre Él y yo, entre animales y humanos.
Boro sale tres veces -mínimo- durante el día, a airearse, pasear y hacer sus deposiciones. A la mañana y a la noche son sus salidas más cortas, aunque ninguna de ellas jamás es de un tiempo inferior a los 20 minutos (tiempo recomendado para una salida común). Y también está la de la tarde -atardecer- que es la larga, y aquella en la que caminamos bastante para que Él se estire, ejercite y disfrute del paseo, que siempre termina en una plaza o parque, lugar desde donde luego regresamos a casa.
A Boro lo baño dos veces al año, o tres; no más. Esto, hablando del tiempo durante el año y no del mes de enero, que es cuando siempre estamos de vacaciones y producto de sus inmersiones diarias al mar, cada día al regreso de la playa, debo quitar la sal que queda en su manto para evitar problemas de piel y de suciedad en nuestro depto. de la costa. Pero sí, muy pocas veces lo baño a Boro durante el año, como podrán ver, ya que cuanto más se baña a un animal, más olor genera su pelaje y más necesario es repetir el aseo general y, al hacer uso excepcional del mismo es cuando el animal no tiene olor, mantiene su pelaje brilloso y agradable (a la vista y al tacto), además de estar completamente limpio. Eso sí, Boro tiene un cepillado, no diario pero si muy frecuente, que sirve para quitar el pelo que ya no le sirve, cuidar y mantener su fortaleza pilosa,  y para mimarlo, ya que le encanta y lo súper relaja que lo peine. Y finalmente, hablando de este tema, si se da el caso de que se ensucia mucho, o su cuerpo merita limpieza urgente por "x" motivos, claro que lo baño. Tampoco es a rajatablas lo de los 2 o 3 baños por año, aunque es el parámetro normal de sus aseos generales.
Las pipetas. Todo un tema para quienes tenemos perros y queremos que ellos tengan una cómoda vida, en lo que a sus sensaciones se refiere, además de una vida limpia y agradable para nosotros, sus compañeros de vida humanos; ya que las pulgas, piojillos y garrapatas siempre pueden aparecer y es menester de nosotros, los humanos, tratar de evitar que esto suceda. Y si sucede, controlar la situación. A Boro, entonces, le aplico pipeta cada tanto, no consecutivamente una al mes, pero generalmente no pasa más de dos meses que ya le aplico una.
Boro se va a dormir antes que yo, generalmente, aunque hasta que le pega el sueño verdadero, siempre anda boyando por ahí, yendo del cuarto al living, porque Él duerme al lado de mi cama, en mi cuarto, claro. Bah, al lado, arriba de la cama, nuevamente abajo en su colchoncito, y nuevamente arriba; es decir, donde Él quiera. Eso sí, al acostarme yo, lo saludo con un besito (como se saluda al resto de la familia humana) y le digo hasta mañana, como al levantarme lo saludo con otro beso y un "Buen día Toto", cuando Él me saluda moviéndome su cola; ya que sería un despropósito ignorarlo en dos momentos tan importantes del día como son el levantarse para comenzarlo y el darle cierre al acostarse.
Cuando viene alguien de visita, y yo estoy al tanto de esa visita, a veces y según quien sea (onda gente muy conocida para Él, motivo que le provoca una alegría y alteración particulares cuando recibe a quien entra en casa) yo le aviso claramente, y sé que Él me comprende, que tal persona va a venir a visitarnos, ante su atenta mirada y posterior actitud expectante hacia la puerta, lo juro. Por eso creo que me entiende, ya que luego de avisarle de una visita queda, literalmente, esperándola.
A Boro le cepillo los dientes con un cepillo y una pasta especiales para perros, no muy seguido, la verdad; una o dos veces al mes ya que tampoco quiero martirizarlo tanto en pos de algo, aunque debería hacerlo más (ahora al tomar conciencia lo haré, incrementaré su cepillado) ya que si bien no le gusta tanto como parece, entra solito al baño cuando lo llamo para hacerlo y porque fundamentalmente es a través de una dentadura sana que se evitan muchos problemas en la vejez de un perro, ya sea de huesos u otros menesteres que, si bien he leído y tengo conocimiento, no es ponderable exponerlos en este momento.
Es así, básicamente mi Boro y Yo, además de compartir salidas y fotos, que a la vez compartimos con ustedes en algunas redes sociales o en este mismo blog, tenemos una vida organizada y un tanto estructurada en determinadas cosas, que se hacen sí o sí en determinado tiempo y momento, pero fundamentalmente, y más allá de todas las tareas establecidas para darle el mejor nivel de vida a Él, las cosas que siempre están y prevalecen en nuestra vida son dos: el AMOR y la FELICIDAD, ya que si tantas cosas, que generalmente no se ven hacen al detalle de nuestro vínculo es porque, en lo importante y evidente, eso que sí se ve, son el amor y la felicidad citadas, nuestros motores más puros y auténticos para vivir y manejarnos en esta vida.

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